martes, 30 de enero de 2007

De visita en la Universidad Tecnológica de El Salvador

El 20 de enero del 2007 tuve el honor de haber sido invitado por la Universidad Tecnológica de El Salvador en San Salvador, para dictar una conferencia frente a su equipo de docentes, investigadores y autoridades. Frente a una impresionante cantidad de más de 400 personas docentes correspondiente a los más de 17 mil alumnos de esta enorme institución acreditada y con una acción social de una enorme trascendencia (museos, editorial universitaria, canal de televisión cultural, radio, librería, programa de pre-especialización, amplísima y confortable infraestructura, carreras de fuerte contenido social, etc) tuve el placer de presentar y debatir algunas reflexiones sobre las tendencias históricas de las diversas reformas de la educación superior, las características del modelo que Europa lleva adelante y la compleja paradoja de que la región carece de un proyecto y una orientación compartida y legislada en esta materia. Abajo podrán encontrar la encontrar la presentación.
http://www.slideshare.net/claudiorama/las-reformas-de-la-educacin-superior-en-al-en-el-contexto-de-la-sociedad-del-conocimiento
Tuve además el goce de poder dedicarme un día entero a recorrer museos y ruinas precoloniales que cuando estaba al frente del IESALC/UNESCO nunca hice. Es una maravilla como pasada la guerra el suelo salvadoreño comienza a mostrar sus maravillosos secretos entre los cuales las Joyas de Cerén que invito a todos a conocer este Patrimonio de la Humanidad

miércoles, 24 de enero de 2007

Comentario: "Claudio Rama, la reforma silenciosa" por Manuel Burga *

Publicado en el diario La Repúblic, Lima, Perú, 28 de julio del 2006

En la Universidad Central de Venezuela, en junio de 2002, cuando veinte rectores se reunieron para fundar la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, conocí a Claudio Rama, lo escuché por primera vez y comenzamos a compartir las primeras preocupaciones sobre el futuro de la universidad latinoamericana. Ahora, cuatro años después, cuando hace unos días ha dejado la dirección general del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de UNESCO, hay una buena oportunidad para recordarlo. IESALC es un organismo semejante al observatorio de la Universidad de Boloña y al Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU) de la UNAM de México, lugares privilegiados para observar la marcha de la educación superior en nuestra región y en el mundo. Esta ubicación le ha permitido a Claudio, antes de partir, con el apoyo de numerosos especialistas, concluir un enorme estudio sobre la educación superior en la región latinoamericana.
Él hizo la introducción a este gran estudio que se ha publicado como un libro independiente con el título de La Tercera Reforma de la Educación Superior en América Latina, por lo tanto no debe quedarnos dudas sobre la calidad, información y actualidad de este estudio, que ahora –que se habla de la inminencia de una nueva ley universitaria en nuestro país– ningún interesado en la materia debería dejar de leer. No puedo abordar todos los temas que analiza el autor, pero sí quedarme con uno de ellos, el polémico concepto de reforma universitaria. Distingue tres grandes reformas en el siglo XX: la de Córdoba (1918), la de los años 60 y 70 y la que actualmente estamos viviendo.
La primera la resume a sus elementos esenciales: autonomía, co-gobierno, libertad de cátedra, investigación de lo propio para descubrir la nación y la universidad como instrumento de equidad y movilidad social. Esta reforma, impulsada desde las universidades públicas, las que no tenían casi competencia, en su opinión, está agotada. La segunda Reforma Universitaria, sostiene, aparece acompañando a la mercantilización de los servicios educativos, el éxito de la universidad privada, el cambio de la ética educativa y el deterioro de las universidades públicas. Este esquema binario, pública/privada, domina y distingue a esta segunda reforma que se sustenta en el principio fundamental de la "libertad de enseñanza"; libertad para establecer universidades al margen de la esfera de influencia directa del Estado.
Pero el tema central del libro es su propuesta de que vivimos una tercera reforma universitaria, sin mucha estridencia, más por la fuerza del mercado y de la dinámica social que por las movilizaciones estudiantiles, los discursos profesorales o la intervención legisladora de los políticos. El número actual de universidades privadas supera al de las públicas, igualmente la matrícula en las primeras es mayor que en las segundas, así como la educación virtual y la transnacionalización de las instituciones universitarias (filiales de redes internacionales) casi escapan al control de los Estados. Esta reforma –si así puede llamarse– que ha producido un deterioro de la universidad en general y casi ha sumido en una crisis profunda a la pública, ha obligado a la presencia reguladora del Estado a través de la creación de instituciones de aseguramiento de la calidad y la acreditación. Casi todos los países en América Latina se han apresurado a crear estas instituciones para que sus sistemas nacionales conserven su calidad, pertinencia, equidad y sus tradiciones esenciales.
En el caso nuestro, donde existe el Decreto Legislativo 882 de 1996, que fomenta la creación de universidades con fines de lucro, esta reforma puede convertir a la universidad –contrariamente a los sueños de Córdoba– en un instrumento de la inequidad social ya que parece consolidarse el esquema de universidades públicas mediocres y universidades privadas o transnacionales, de calidad. Entonces, ¿por qué no tomar en serio el tema de la nueva ley universitaria? ¿Por qué no hacer un gran esfuerzo –como en otros países– para ofrecer las mismas oportunidades de estudio, formación y desarrollo a todos nuestros jóvenes que lo merecen, sin distinción de clase, raza o cultura? Pero mientras seguimos debatiendo, lo sabe bien el amigo Claudio Rama, la reforma silenciosa no espera en el Perú, ya que muchas privadas se están pasando al D.L. 882 para ser más eficientes, de más calidad y consumar así su propia, original y quizá hasta perversa tercera reforma universitaria.
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* El autor es historiador y académico, y ex-Rector de la Universidad Mayor de San Marcos

lunes, 22 de enero de 2007

Entrevista: "Las personas invierten hoy más en educación"



Reto del país es mejorar la educación
por Alejandra Silva, El Diario de Hoy, El Salvador,
Sábado, 20 de Enero de 2007

El Salvador tiene el desafío de que la educación superior pública sea de mayor calidad, aseguró ayer Claudio Rama, especialista en estudios universitarios en América Latina, durante su participación en el Congreso Docente que organiza la Universidad Tecnológica (Utec).
Rama indicó que la competencia entre los centros ha obligado a mejorar la carta de oferta para los aspirantes en otros países.
"Ya no se trata de la creación indiscriminada de entidades universitarias sino de que cada institución tienda a especializarse", dijo el investigador.
Compila aspectos como el hecho de que los ingresos familiares en Latinoamérica apenas crecieron un 15% en los últimos diez años mientras el aumento de las inscripciones en universidades privadas creció un 164%.
"Significa que la gente no tiene más plata, pero sí está poniendo la plata en la educación. La gente está sacrificando sus patrones de consumo. En 1994 apenas se gastaba el uno por ciento en ese rubro, hoy es el 5%", sostuvo el docente.
Rama, exdirector del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc-Unesco), concluyó su participación en el Congreso Docente donde presentó su último libro "La tercera reforma de educación superior en América Latina".

domingo, 7 de enero de 2007

Comentario: El gran desafío para la universidad argentina. por Nora Lía Jabif. Diario La Gaceta, Tucuman, Argentina

La Universidad argentina corre el riesgo de quedarse sin objeto, ya que la producción de conocimiento ya no es patrimonio exclusivo del campo universitario.

Desde el nacimiento de las universidades del siglo XIII, como emergentes de una cristiandad que postulaba el nexo entre fe y razón y que vivía, como Erasmo, la ignorancia como pecado, hasta las universidades del siglo XXI como productoras de “papers” en escala industrial no sólo han transcurrido ocho siglos. En ese lapso, el mundo social ha experimentado su propio giro copernicano, y la democratización del conocimiento les ha quitado a las universidades su tradicional pátina de “templos” del saber, y ha llevado a la superficie los conflictos y desafíos organizacionales que este viraje conceptual conlleva.De ese salto -y de los retos que enfrenta la universidad en el siglo XXI- da cuenta “La tercera reforma de la Educación Superior en América Latina”, de Claudio Rama. El autor, que dirige el Instituto Internacional de la UNESCO para la educación superior en América Latina, recorre la historia de las universidades de esta parte del continente, desde su creación como instituciones religiosas hasta los procesos de laicización de esos organismos, mellados por la Reforma universitaria de 1918, hasta el impacto que estos han recibido a partir de la década de 1990. Precisamente, los cambios generados en ese período son la plataforma para lo que Rama define “la tercera reforma” de la Educación Superior.Rama observa que si la primera Reforma Universitaria permitió la movilidad social, la segunda -que coincidió con el crecimiento de la matrícula- se ocupó de aliviar el impacto de la primera, tras las reformas económicas de los años 1980, que obligaron a las Universidades de América Latina a revisar las ideas de ingreso irrestricto y de gratuidad. La tercera Reforma, en su visión, es la de los tiempos que corren: la de una universidad, dice el autor, que no parece funcionar como “Universitas”, en el sentido amplio de la palabra, porque ya no puede englobar todos los saberes. “El saber es tan amplio que ninguna caja parecería poder abarcarlo todo”, afirma el experto uruguayo.El aporte de Rama es bienvenido, y suena a advertencia, porque la crisis del sistema universitario en este primer tramo del siglo XXI tiene plena actualidad, tanto en la Argentina como en el resto del mundo. Con una óptica diferente de la que ejercitaron en su momento críticos del saber universitario, como Pierre Bourdieu o como el propio Michel Foucault, que desmontan con criterio arqueológico el corazón profundo de los “supuestos saberes”, el autor analiza las fisuras de la Universidad en su faz organizativa e institucional. En esta línea, en Tucumán hay aportes investigativos como los de Ivonne Bianco (quien, en “Organización y Universidad. La toma de decisiones en órganos colegiados”, concluye que -al menos en lo que a la Universidad Nacional de Tucumán respecta- el poder está centralizado en la figura del rector) y “La educación superior en Tucumán: escenario, políticas de Reforma y cambios institucionales”, de Mercedes Leal y Sergio Robin. En la misma dirección, hay otros aportes críticos, como el del filósofo Francisco Naishtat, quien vincula la actual crisis la Universidad Nacional de Buenos Aires con la del sistema de delegación que experimentó la sociedad argentina “post diciembre de 2001”, sumado ello al impacto de los procesos económicos de los años 80 y 90 en las universidades públicas latinoamericanas. Si se mira el discurrir de la Universidad argentina a la luz de la obra de Rama, se desprende que en este tránsito agitado por su “segunda reforma” la institución no está bien parada para enfrentar la etapa que viene: la de las universidades virtuales o globales, a tono con la mundialización política del resto de las instituciones, y con la “mercantilización de los saberes”. La Tercera Reforma, afirma el autor, es aquella que plantea la educación transfronteriza, en momentos en que el monopolio del conocimiento ha escapado de las aulas y de los laboratorios de las universidades, y se ha mudado a las empresas y a la red de la información. Los datos que aporta el experto dan cuenta de la magnitud de la revolución que está experimentando el sistema de la educación superior en América Latina: en el año 2000, el 1,3 por ciento de la matrícula ya correspondía al esquema de educación virtual, que insume menos costos que la educación presencial. Vale detenerse en esta advertencia: “La educación virtual, por sus costos, puede llegar a ser universal, y la educación presencial puede convertirse en la modalidad a la que accedan las elites”.En la profundización del planteo de Rama está el verdadero desafío para la Universidad argentina, que corre el riesgo de quedarse sin objeto: aventura el autor -y la realidad le va dando la razón- que la producción de conocimiento ya no es patrimonio exclusivo del campo universitario, y que el valor del título se desvanece frente a las competencias adquiridas en la “escuela de la vida”. Un proceso que, a su vez, arrastra a la confrontación entre la actitud del “saber por el saber” frente a un concepto cada vez más utilitario del conocimiento.Ante este panorama en el cual parece haberse desdibujado el imaginario fundacional de las universidades como catedrales del saber, Rama les pronostica que tal vez quede como destino para estas su potencial de ser un “ámbito de confrontación de las diversidades”. El panorama trazado por el funcionario de la UNESCO les plantea a las universidades argentinas -tanto a las públicas como a las privadas- el reto de redefinir su misión y su visión, y no ya como meras formulaciones de marketing, sino como modos de encontrar las respuestas a la pregunta acerca del sentido de la institución universitaria en el siglo XXI, tanto en lo que compete a los esfuerzos e inversión del Estado para sostenerla, como en la necesidad de desacralizar los “supuestos saberes”. (c) LA GACETA

Nota: La permanente reflexión sobre la educación superior a distancia




Entre el 1 y el 3 de noviembre del 2006 tuve el honor de participar en el XIII Congreso Intermacional de Tecnología e Educación a Distancia organizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Costa Rica, convocados por el título de "La educación a distancia ante los desafíos de la democratización del conocimiento". El evento fue particularmente interesante por la magnitud de las ponencias y los participantes, pero lo que quiero relevar es el tesón, la constancia, la terquedad educativa si se quiere, de la UNED de estar llevando adelante durante XIII veces este evento. Aún antes que el Rector Rodrigo Arias le imprimiera un activo sello, la Universidad ha puesto el eje en la importancia de promover los intercambios y debates para mejorar su calidad y aprovecharse de los otros avances. Los eventos, y su continuación y consolidación como éste, constituyen el eje fundamental en la región en este lento camino de transformación de la educación y de la incorporación de nuevas tecnologías y modalidades no presenciales, para confrontar experiencias y problemas, para ver los nuevos desarrollos, para intercambiar programas y cursos, en fin, para construir la educación del futuro. Lo significativo además es la cantidad de eventos que en esta materia hay en la región y lo que ello implica en términos de creación de saberes. Es de recalcar también la realización en estos meses del también constante evento promovido por la Universidad Virtual de Guadalajara en México. Sin lugar a dudas, es en la educación virtual donde se localizan hoy la mayor parte de la investigación sobre la dinámica de las Universidades en términos pedagógicos, tecnológicos y organizacionales.